Así es el déficit que dejó Alberto Rodríguez Saá de acuerdo a la rendición de cuentas de 2023
Reflejan y confirman definitivamente el rojo estructural de un manejo ineficiente de la gestión del presupuesto. El origen de la grave crisis financiera y económica que arrastra la Provincia.
En el último año se habló de las bombas de tiempo y de la Provincia fundida que dejaba el Gobierno saliente. Ahora con las rendiciones confeccionadas estrictamente con la información oficial obrante, se calibró definitivamente la dimensión de la causa madre de todos los males.
Durante 2023 la Provincia registró ingresos por $474.799.990.922 y los gastos fueron de $567.925.739.439. La administración saliente gastó un 17,03% más de lo que le ingresó.
El desequilibrio de las finanzas que dejó el Gobierno de Alberto Rodríguez Saá se descontroló entre 2019 y 2023 para transformarse en un déficit crónico: $93.125.748.517 fue el último año y todo pudo ser más catastrófico si a partir del 10 diciembre la nueva administración no hubiese tomado durísimas medidas de austeridad.
¿Cuál fue la fórmula del Gobierno saliente para tapar el agujero negro? Cubrió el desfasaje echando mano a los títulos públicos con los que el Estado Nacional pagó la deuda a San Luis. La consecuencia es que entregó la Provincia sin reservas.
Ello se desprende de las Cuentas de Inversión que entraron la última semana de mayo en el Tribunal de Cuentas. La rendición fue analizada por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
Alberto Rodríguez Saá arrió banderas que fueron fortalezas de la Provincia. Sacrificó el equilibrio fiscal para caer en el déficit crónico, desbocó el gasto corriente, rompió reglas al clasificar gastos corrientes en el rubro gastos de capital y cayó a un piso histórico la obra pública que se terminó financiando con partidas extras giradas por la Nación.
El contador General, Omar Pecorari en declaraciones a El Chorrillero formuló una serie de consideraciones sobre los recursos públicos.
Dejó definiciones a partir del análisis técnico:
| “Solo hemos podido verificar cuánto se recaudó, cuánto se gastó y cómo se pagó; pero no podemos decir si ello sirvió o si fue útil”.
| “Se recaudó más de lo presupuestado. Pero también se gastó mucho más de lo presupuestado. Al finalizar el año, los gastos superaron holgadamente los recursos ordinarios”.
| “A principios del año 2021 se recibieron títulos por un valor equivalente a U$S 300.000.000. Eso no se va a recibir más. El informe de la UBA fue claro al respecto. El déficit fue cubierto con estos fondos excepcionales y que al cierre del año pasado no quedaron más de estos títulos originales para vender”.
| “Se consideraron gastos de capital muchos conceptos que no lo son. Solo se destinó un 12% del total del gasto a obras públicas y, para colmo, un tercio de ello se hizo con fondos nacionales”.
| “La gestión anterior comprometió gastos con incidencia en los meses y años futuros. Ninguno de ellos tenía la previsión presupuestaria para el año 2024”.
| “Todos los meses del 2023 registraron déficit y ese déficit va a continuar en 2024, como una pelota que viene rodando en caída. El déficit al ser estructural no puede eliminarse de la noche a la mañana”.
| “La liquidación final de todos esos fondos estaba prevista para diciembre, y así arrancar enero 2024 con un rojo, pero –esta vez– sin fondos suficientes para pagar los gastos que comprometieron y poder financiar el déficit que dejaron. Eso fue lo perverso y preocupante”.
| “Las decisiones tomadas en la segunda mitad de diciembre (por el nuevo Gobierno) permitieron bajar el déficit y comenzar un sendero para la recomposición gradual del erario público, al menos, en un umbral mínimo que posibilite garantizar los pagos de las obligaciones para el normal funcionamiento del Estado”.
Los principales pasajes de la entrevista:
-¿Cómo ha sido el proceso de formulación de las Cuentas de Inversión? ¿El Gobierno saliente dejó la documentación respaldatoria de la ejecución de los recursos?
-La nueva gestión, en general, encontró un desorden administrativo en todas las áreas de Gobierno. Todos vieron sus trabajos dificultados.
En particular, para la confección se tomaron en cuenta las registraciones contables existentes. De hecho, los funcionarios salientes y la funcionaria (Verónica Di Gennaro) que me antecedió en el cargo ya habían detectado un déficit acumulado a fines de noviembre cercano al déficit con el que terminó el año 2023.
No obstante, la falta de cumplimiento de la ley de protocolo de continuidad de gestión, impidió realizar una evaluación del cumplimiento de las metas presupuestarias físicas. Solo hemos podido verificar cuánto se recaudó, cuánto se gastó y cómo se pagó; pero no podemos decir si ello sirvió o si fue útil. Apriorísticamente podemos decir que no, teniendo en cuenta los indicadores económicos y sociales de San Luis, como es la tasa de pobreza y el nivel de empleo en el sector privado.
-¿Los ingresos fueron superiores a lo que se había estipulado en el Presupuesto?¿A cuánto ascendieron finalmente los ingresos y egresos de 2023? y ¿cuánto fue el déficit?
-Efectivamente, se recaudó más de lo presupuestado. Pero también se gastó mucho más de lo presupuestado. Al finalizar el año, los gastos superaron holgadamente los recursos ordinarios.
Los recursos ordinarios ascendieron a $474.799.990.922 y los gastos a $567.925.739.439. De la diferencia entre recursos y gastos se llega al déficit de $93.126 millones.
-¿Cómo financió el déficit el Gobierno de Rodríguez Saá?
-El déficit fue financiado con la venta de títulos que la Provincia recibió por el juicio que le ganó al Estado Nacional. Hay que tener en cuenta que se trató de un ingreso excepcional y por única vez que no se va a percibir nuevamente, por ello no puede revestir un recurso ordinario y lo peligroso de “acostumbrarse” a gastar pensando que existe ese colchón financiero que no existe más.
A principios del año 2021 se recibieron títulos por un valor equivalente a U$S 300.000.000. Eso no se va a recibir más.
El informe de la UBA fue claro al respecto. El déficit fue cubierto con estos fondos excepcionales y que al cierre del año pasado no quedaron más de estos títulos originales para vender.
-¿Cómo fueron los gastos de capital y corrientes?
-Para la confección de la cuenta hemos considerado la clasificación entre gastos corrientes y de capital que se determinó en el presupuesto, pero la verdad es que se consideraron gastos de capital muchos conceptos que no lo son.
El dato objetivo lo da el gasto en obra pública. Solo se destinó un 12% del total del gasto a obras públicas y para colmo, un tercio de ello se hizo con fondos nacionales. Es decir que, con fondos propios, solo se destinó a obras públicas un 8% de los gastos.
-Usted observó que a partir de agosto de 2023 el anterior Gobierno avanzó con una serie de gastos de tipo estructural y duros que agravó la brecha mensual que se venía registrando entre los recursos y los gastos ¿Cuáles fueron esos gastos?
Claro, tres o cuatro meses antes de finalizar su mandato, la gestión anterior comprometió gastos con incidencia en los meses y años futuros. Ninguno de ellos tenía la previsión presupuestaria para el año 2024.
Eso hizo disparar aún más la diferencia entre recursos y gastos y agrandar el déficit fiscal.
Por ejemplo, los convenios de obra pública millonarios cuya ejecución iba más allá del vencimiento del mandato gubernamental. Ello no solo es violatorio del artículo 92 de nuestra Constitución, sino que también comprometieron recursos futuros pese la existencia del déficit mensual, pese al agotamiento de los títulos de la deuda y pese al contexto de crisis nacional que impactaba en la disminución de los recursos provinciales.
-¿Cuánto fueron los gastos reservados de Rodríguez Saá en 2023?
-La partida a donde se suele imputar dicho gasto fue de $784 millones.
-¿Cuánto fue la pauta publicitaria oficial?
-Los gastos ascendieron a $5.000 millones.
-¿Cuál fue finalmente el presupuesto que ejecutó la secretaría de la Mujer, Diversidad e Igualdad?
-La cifra fue de $1.323 millones.
-¿Cómo impacta el déficit de 2023 en el presupuesto 2024?
-Mucho porque el déficit es estructural. Todos los meses del 2023 registraron déficit y ese déficit va a continuar en 2024, como una pelota que viene rodando en caída. El déficit al ser estructural no puede eliminarse de la noche a la mañana, por ello, hasta que no se puedan confluir los recursos y gastos, las finanzas puntanas no se podrán sanear. Y eso será gradual.
-¿Quedan fondos del pago de la deuda de la Nación a la Provincia o gastó todo el Gobierno anterior antes del 10 de diciembre?
-En realidad, de esos títulos no queda nada. Con esos títulos se financiaron gastos. También, con una pequeña porción de esos títulos se compraron otros títulos, que también se vendieron para financiar gastos y así sucesivamente.
La liquidación final de todos esos fondos estaba prevista para diciembre, y así arrancar enero 2024 con un rojo, pero –esta vez– sin fondos suficientes para pagar los gastos que comprometieron y poder financiar el déficit que dejaron. Eso fue lo perverso y preocupante. A ello se le suma la caída de los recursos de las jurisdicciones provinciales y el contexto de crisis nacional.
Las decisiones tomadas en la segunda mitad de diciembre permitieron bajar el déficit y comenzar un sendero para la recomposición gradual del erario público, al menos, en un umbral mínimo que posibilite garantizar los pagos de las obligaciones para el normal funcionamiento de Estado.
-El actual Gobierno informó que el déficit heredado era de $125 mil millones ¿Hay una corrección de ese dato y son $93.126 millones?
No. Ese hubiera sido el déficit de no haberse tomado las decisiones adoptadas cuando asumió la nueva gestión.
Recuerden que, de acuerdo a la programación financiera realizada por la gestión anterior, el déficit de diciembre proyectado era de $37.000 millones; y si los sumamos al déficit de $88.000 millones que ya venía acumulado a noviembre se arriban a los $125.000 millones.
Ahora bien, una política de austeridad, de eliminación de los gastos políticos como reducción de la planta de funcionarios o supresión de los gastos reservados, rescisión de obras, recupero de anticipos financieros, entre otras medidas, se pudo bajar el déficit de diciembre de $37.000 millones a $5.000 millones y por eso el déficit anual finalmente fue de $93.126 millones en vez de $ 125.000 millones.
-¿Qué se le pidió a la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires con relación a las cuentas de la Provincia?
-Se le solicitó una revisión y evaluación integral de la situación económica y financiera de la provincia al cierre del año pasado.
El informe de la UBA es conteste con las conclusiones de la Cuenta de Inversión del 2023 recientemente presentada al Honorable Tribunal de Cuentas.
-¿Qué conclusión saca de las Cuentas de Inversión?
-Una conclusión preocupante.
El déficit sistemático y crónico registrado en las últimas Cuentas de Inversión y reeditado en el presente ejercicio fue financiado con la venta de los títulos recibidos por el juicio con el Estado nacional. El problema es que, como bien dice la UBA, dichos fondos excepcionales ya no están más disponibles, con lo que ese déficit mensual que estaba arraigado hace años en nuestra provincia, no tiene ahora con qué financiarse, lo que obliga de manera urgente confluir al equilibrio fiscal para evitar llegar a una situación irreversible que no pueda ser remediada condenando a las futuras generaciones.